La caída del cabello es un problema que puede afectar solo al pelo de la cabeza o todo el cuerpo. Puede ser el resultado de la herencia, cambios hormonales, afecciones médicas o medicamentos.
En promedio, perdemos alrededor de 80 hebras por día, si comienzas a perder mucho más que eso o notas que no están volviendo a crecer es cuando comienza el problema.
La cuestión es que cuando se trata de la pérdida de cabello hay muchos factores desencadenantes, lo que significa que puede ser difícil determinar la razón exacta por la que se caen los hilos y, en adelante, cómo remediar la situación.
La pérdida de cabello es un problema muy común para las mujeres ya que investigaciones muestran que al menos 1 de cada 3 mujeres sufrirá pérdida de cabello o volumen reducido en algún momento de su vida. Entonces, si estás perdiendo hebras, es importante no asustarse, ya que puede ser un ciclo puntual.
Factor Genético
Existe la posibilidad de estar genéticamente predispuesto al adelgazamiento del cabello, lo que significa que se puede ver una reducción progresiva y gradual del volumen del pelo.
En estos casos, ciertos folículos capilares son sensibles a las hormonas masculinas y esta sensibilidad hace que los folículos se encojan gradualmente y produzcan pelos ligeramente más finos y cortos con cada ciclo de crecimiento del cabello.
Factor Reactivo
Esto significa que la pérdida de cabello es el resultado de un desencadenante. El desprendimiento diario excesivo de cabello (que se conoce como efluvio telógeno) no depende de tener una predisposición genética, ocurre como resultado de un desequilibrio interno o malestar, como una deficiencia nutricional, estrés severo, dietas intensas o una enfermedad.
Desequilibrio hormonal
Un desequilibrio hormonal puede conducir a una multitud de molestos problemas de salud y belleza desde el acné adulto hasta el aumento de peso. Si las hormonas están fuera de control, los efectos se extenderán por todo el cuerpo y, por supuesto, eso incluye el cabello.
Las hormonas juegan un papel muy importante en la regulación del ciclo de crecimiento del cabello. Los estrógenos (hormonas femeninas) son ‘amigables con el cabello’ y ayudan a mantener los pelos en su fase de crecimiento durante el tiempo óptimo. Los andrógenos (hormonas masculinas) no son muy amigables con el cabello y pueden acortar el ciclo de crecimiento del cabello.
Un exceso de andrógenos (que podría ser causado por un trastorno endocrino, como el síndrome de ovario poliquístico) puede causar pérdida de cabello. El alcance de esto a menudo depende de los genes.
Si tienes una predisposición genética a la sensibilidad del folículo, un desequilibrio hormonal puede afectar a tu cabello más de lo que lo harían en alguien que no tiene predisposición.
Estrés
No es un mito que el exceso de estrés literalmente pueda hacer que tu cabello se caiga. ¿Como ha sucedido esto? bueno, puede elevar los niveles de andrógenos (hormona masculina), lo que a su vez puede causar pérdida de cabello.
El estrés, también, puede desencadenar problemas en el cuero cabelludo, como la caspa, alterar los hábitos alimenticios y alterar el sistema digestivo, todo ello puede tener un impacto negativo en el cabello.
La anemia por deficiencia de hierro
Una de las causas más comunes de la pérdida de cabello en las mujeres es una deficiencia de hierro. El hierro es esencial para producir la proteína de las células capilares, sin él, sus hebras sufrirán.
Hipotiroidismo
Las glándulas tiroides ayudan a regular el metabolismo del cuerpo al controlar la producción de proteínas y el uso de oxígeno en los tejidos. Por lo tanto, cualquier desequilibrio tiroideo puede afectar los folículos capilares.
Además, si el hipotiroidismo no se trata, puede provocar anemia, que, como acabamos de comentar, es otra condición que puede afectar el cabello.
Deficiencia de vitamina B12
La falta de vitamina B12 puede hacerte sentir cansado y con poca energía, pero, también puede pasar factura a tu cabello.
La deficiencia de vitamina B12 a menudo causa pérdida de cabello ya que puede afectar la salud de los glóbulos rojos, que transportan oxígeno a los tejidos. Es más común en los veganos, ya que principalmente solo se puede obtener B12 a través de proteínas animales.