El buen cuidado de la piel, incluyendo la protección solar natural y una limpieza suave y delicada puede hacer que la piel se mantenga saludable y luminosa.
No hace falta dedicar un tiempo excesivo para obtener una piel sana. Una buena rutina de cuidados y estilo de vida saludable pueden ayudar a retrasar el envejecimiento cutáneo natural y prevenir varias afecciones de la piel.
1) Protégete del sol
Una de las formas más importantes para cuidar la piel es protegerla del sol. La exposición solar excesiva puede causar arrugas, manchas y otros problemas cutáneos, así como un aumento del riesgo de padecer cáncer de piel.
Para una protección solar completa:
Utiliza un protector solar de amplio espectro y aplica la crema generosamente en todas las áreas expuestas. Es necesario volver a aplicar la crema cada 2 horas y después de cada baño.
Utiliza un protector solar de filtro físico para proteger la piel de forma natural sin ingredientes que pueden afectar a la salud.
Evita la exposición solar entre las 10:00 y 16:00 horas, ya que es el periodo en el que más intensos son los rayos solares.
Usa ropa que proteja del sol. Intenta cubrir la piel con la ropa adecuada, sombreros, pañuelos o gorras que dan una protección adicional frente a los rayos ultravioleta.
2) No fumes
Fumar envejece la piel y favorece la aparición de arrugas. Estrecha los vasos sanguíneos de las capas exteriores de la piel, lo que reduce el flujo sanguíneo y empalidece el cutis. Esto también disminuye el oxígeno y nutrientes que son esenciales para la salud cutánea.
Fumar también daña el colágeno y la elastina, las fibras que proporcionan fuerza y elasticidad a la piel. Además, las expresiones faciales repetitivas que se realizan al fumar favorecen la aparición de arrugas.
3) Cuida tu piel suavemente
La limpieza facial diaria y el afeitado pueden irritar la piel. Para evitar esto:
Limita el tiempo en la ducha o en el baño: las largas duchas o baños con agua caliente eliminan los aceites propios de la piel. Por ello, es recomendable reducir el tiempo de ducha y utilizar agua templada o tibia.
Evita el uso de jabones con ingredientes agresivos: los fuertes ingredientes detergentes de los jabones convencionales también eliminan los aceites que son necesarios para proteger y nutrir la piel. Es conveniente utilizar jabones y geles naturales elaborados con ingredientes suaves e inocuos que respetan los aceites de la piel.
Afeitado suave: para proteger y lubricar la piel utiliza una espuma, loción o gel antes del afeitado. Es importante utilizar cuchillas limpias y bien afiladas y afeitar a favor del crecimiento del vello y no en contra.
Secar la piel con suavidad: después de la ducha o el baño es recomendable secar la piel con ligeros toquecitos con la ayuda de una toalla, para evitar eliminar toda la humedad y favorecer la hidratación de la piel.
Hidrata la piel: utiliza los productos adecuados para hidratar la piel en base al tipo y necesidades de tu piel. Además, utilizar un hidratante que contenga SPF también proporcionará protección solar.
4) Dieta saludable
Mantén una dieta saludable y equilibrada que incorpore multitud de frutas, verduras, cereales y proteínas magras. Una dieta rica en aceite de pescado y baja en grasas saturadas y carbohidratos procesados y refinados puede favorecer el buen estado y aspecto de la piel. Beber mucha agua ayuda a mantener la piel hidratada.
5) Controla el estrés
El estrés puede hacer que la piel esté más sensible y desencadenar brotes de acné y problemas cutáneos. Para promover el bienestar de la piel es necesario tener un estado mental saludable y controlar el estrés. Dormir bien y durante el tiempo necesario también impacta en la salud de la piel.