¿Qué es la copa menstrual?

¿Qué es la copa menstrual?

En los Estados Unidos, los primeros prototipos de copas menstruales, también conocidos como sacos menstruales, fueron patentados en los años 1860 y 1870. Los diseños eran ingeniosos, pero la mayoría de ellos nunca llegaron al mercado.

Las primeras copas menstruales modernas, similares a las copas que conocemos hoy en día, fueron inventadas en 1937 por la actriz estadounidense Leona Chalmers. Ella patentó un diseño de copa menstrual que estaba hecha de caucho de látex.

Su solicitud de patente establece que el diseño no causará «incomodidad o conciencia de su presencia». También permitía que las mujeres usaran «ropa delgada, ligera y ajustada» sin cinturones, alfileres o hebillas que pudieran verse.

Durante la Segunda Guerra Mundial, se produjo una escasez de caucho de látex y la empresa se vio obligada a detener la producción. Después de la guerra, a principios de la década de 1950 la Sra. Chalmers hizo algunas mejoras y patentó un nuevo diseño.

La marca de la copa menstrual de los años 30, «Tass-ette» fue relanzada como «Tassette» a finales de los 50 con un gran presupuesto publicitario. La empresa envió miles de muestras a enfermeras que lo recomendaron.

Sin embargo, a pesar de que las mujeres habían progresado desde los años 30, todavía no estaban abiertas a la idea de usar una copa menstrual. El concepto de una protección interna reutilizable era escandaloso.

La empresa Tassette gastó una fortuna para comercializar esta innovación, pero solo realizó una pequeña cantidad de ventas.

El mayor problema con Tassette era que las mujeres no se sentían cómodas con la idea de vaciar o limpiar la copa. Asimismo, las mujeres que estaban contentas con el producto no necesitaban volver a comprar otro ya que era reutilizable.

Por eso, a finales de la década de 1960, Tassette Inc. patentó y comenzó a fabricar una nueva copa menstrual desechable, «Tassaway», para competir con el mercado emergente de productos menstruales desechables.

En ese momento, la empresa gastó demasiado en marketing y terminó su negocio a principios de los años 70.

La única copa menstrual desechable vendida en toda Europa, incluida Finlandia, en la década de 1970 fue la copa Tassaway.

Sin embargo, las copas menstruales se reintrodujeron a fines de la década de 1980 con la creación de «The Keeper». Esta copa está hecha de caucho de látex y todavía se vende en la actualidad.

A principios del siglo XXI, un nuevo material, silicona de grado médico o la silicona platino, se integró en el diseño de muchas marcas de copas menstruales con gran éxito. Ahora las mujeres con alergias al látex pueden usar copas menstruales de forma segura.

 

El Auge de la Copa Menstrual en el siglo XXI

 

La sostenibilidad nunca se ha sentido más importante que en el momento actual. Estamos rodeados de noticias sobre la creciente emergencia climática y la contaminación plástica. Más personas que nunca hablan sobre la necesidad de un mayor esfuerzo individual y colectivo para reducir el desperdicio y lograr un equilibrio con el medio ambiente.

Por lo tanto, puede resultar sorprendente que los productos comunes que se asocian con períodos como los tampones y compresas están hechas de un 90% de plástico.

Al igual que otros plásticos de un solo uso, los productos sanitarios se desechan (o peor aún, se tiran) después de su uso y, a menudo, terminan en un vertedero o en el mar, sin romperse nunca.

La contaminación plástica es un problema: se estima que hay 5,25 billones de piezas de desechos plásticos en el océano y pueden pasar de 20 a 1000 años para que algo como una bolsa de plástico se rompa en pedazos más pequeños. En términos de desperdicio menstrual, una persona promedio desechará hasta 200 kg de productos menstruales en su vida.

Gracias a la nueva conciencia creciente en busca de productos más naturales tanto para el medio ambiente como para nuestro organismo, la copa menstrual ha sufrido un gran auge en los últimos años.

Cada día son más las empresas que comienzan a comercializarlos y son más las usuarias satisfechas que difunden sus experiencias.

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